domingo, 11 de mayo de 2014

LAS GRANDES UNIDADES DE RELIEVE

Llamamos conjuntos morfoestructurales a aquellos relieves cuyas formas y evolución 
están estrechamente relacionados con la estructura geológica. 
Con los rasgos generales de relieve: roquedo, evolución geológica y modelado, 
podemos distinguir tres grandes conjuntos morfoestructurales: 

1. Macizos antiguos, integrados por las montañas de altitud media, cumbres 
aplanadas y ocasionalmente reducidas a penillanuras, como corresponde a la 
gran acción erosiva que han experimentado en el transcurso de los tiempos 
geológicos. Los materiales constituyentes son paleozoicos, plegados por la 
orogénesis herciniana y deformados por el plegamiento alpino. Integran el 
zócalo del relieve peninsular y fueron objeto de un rejuvenecimiento como 
consecuencia del plegamiento alpino. Ofrece ejemplos de relieve apalachense. 

2. Cordilleras alpinas, surgidas tras el último gran plegamiento y formadas por 
materiales jóvenes, fundamentalmente calizos. Se integran en el ámbito de las 
grandes cordilleras que circundan el Mediterráneo en todas sus riberas (Alpes, 
Apeninos, Cárpatos, Cáucaso, Atlas,…) y hallan sus mejores representaciones 
en los Pirineos y en las cordilleras Béticas, las cuales se formaron por la 
compresión de las placas sobre los materiales depositados en el mar de Thetis 

3. Depresiones. Hay dos tipos: 

 Interiores: Fragmentos hundidos del viejo zócalo paleozoico, que han sido 
rellenadas por los aportes sedimentarios, cuyos mejores ejemplos son la 
cuenca del Duero y La Mancha. 
 Exteriores. Las situadas entre los bordes de los macizos antiguos y las 
cordilleras alpinas, que ocupan antiguos golfos marinos o brazos de mar, 
igualmente colmatados por los aportes sedimentarios, en este caso 
procedentes de las cordilleras alpinas recién surgidas, de gran altitud, 
materiales blandos y, en consecuencia, fáciles de erosionar. Son las 
depresiones del Ebro y del Guadalquivir. 

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