sábado, 1 de marzo de 2014

Santo Tomás - Conocimiento de Dios (Cinco vias)

Conocimiento con Dios:

Tomás de Aquino considera que una de las tareas fundamentales de la Razón es la demostración de la existencia de Dios. A través de la Razón podremos saber de su existencia, que no es lo mismo que conocerlo completamente.
Como ya sabemos, nuestro conocimiento, según Santo Tomás, comienza por lo sensible. Por tanto, las pruebas de la existencia de Dios también deberán partir de datos aportados por los sentidos.
El filósofo dominico descubre en la naturaleza cinco datos cuya explicación exige la existencia de Dios. Estos datos de la naturaleza se convierten en vías para la demostración de la existencia de Dios. Las Cinco Vías de Santo Tomás comparten la misma estructura que podemos ordenar en cuatro fases:

- Se parte de un hecho observado en la naturaleza.
- Se le aplica el Principio de Causalidad.
- Se hace ver la imposibilidad de una serie infinita de causas.
- Afirmación de Dios como primera causa.

Las Cinco Vías son las siguientes:

Vía del Movimiento: El movimiento es un hecho de la naturaleza. Observamos también que todo lo que se mueve, tiene su causa en otro (es movido por otro). Sin embargo, si aplicásemos esto infinitamente no podríamos dar razón del movimiento actual, se requiere un primer motor (inmóvil, sino no sería el primer motor) que explique todos los movimientos posteriores. Ese primer motor, que mueve sin ser movido, es identificado por Tomás de Aquino con Dios.

Vía de la Causa: en la naturaleza contemplamos continuamente la relación causa-efecto, es decir, que una cosa (causa) da lugar a otra (efecto). No apreciamos en la naturaleza nada que sea causa de si mismo. Todos los efectos tienen una causa que, a su vez, ha sido causada por otra. Sin embargo, si llevamos este planteamiento al infinito no podremos explicar los efectos que ahora observamos. Se requiere una primera causa que de razón de todas las demás causas y efectos. Esa Primera Causa, causa de sí misma (si no, no sería la primera), solo puede ser Dios.

Vía de la Contingencia: En la naturaleza contemplamos por doquier seres contingentes, es decir, seres que pueden existir o no, sometidos al nacimiento y la muerte. Estos seres contingentes, ya que en algún momento no existieron, no pueden ser causa de sí mismos. La existencia les vino de otro ser, que no puede ser contingente (si no la existencia también le vendría de otro), sino necesario. El único ser necesario es Dios.

Vía de la Perfección: en los hechos de la naturaleza encontramos verdad, bondad, nobleza en distintos grados (en algunos más en otros menos). Ahora bien, el más y el menos toman su sentido comparándolos con el máximo. No puede existir una cadena infinita de “mases” tiene que existir un máximo que, a su vez, da sentido a todos los demás grados. El máximo de todas las perfecciones, y causa de las que encontremos en la naturaleza, es Dios.

Vía del Orden o de la Causa Final: En la naturaleza observamos como todas las cosas se mueven hacia algo que es un bien para ellas, persiguen su perfección. Ahora bien, como es posible que las cosas que carecen de inteligencia se conduzcan de esta manera. La única explicación posible es que una inteligencia superior las ordene hacia su perfección. Esta inteligencia, que dirige todas las cosas, es Dios.

De esta forma, partiendo de los seres del mundo, considerados como efectos, llega Santo Tomás, hasta Dios entendido como Causa.

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