El conocimiento de los efectivos y de las características de la población ha sido uno de los objetivos perseguidos por los Estados desde la antigüedad a nuestros días, debido a intereses militares y económicos. La demografía hace un estudio cuantitativo de la población, de sus cambios y clasifica a los habitantes de un área geográfica según sus características (edad, sexo, nivel de instrucción,…). La Geografía de la Población debe orientarse a describir y comprender la sociedad a través del estudio de las relaciones entre población y espacio que habita.
EFECTIVOS DEMOGRÁFICOS Y SU EVOLUCIÓN.
Para conocer la evolución de la población, su distribución, sus características
sociodemográficas y la dinámica de la población, se utilizan las fuentes demográficas,
censos y padrones, los nomenclátor, las estadísticas sobre movimiento natural y de
migraciones, los registros civiles. Éstas son elaboradas por el INE, además cada
comunidad autónoma tiene sus organismos de estadísticas, como el IEA (Instituto
Estadística de Andalucía).
Los censos son estadísticas que se hacen cada 10 años ( años terminados en 1) y permite
conocer el número de habitantes, viviendas, edificios. Se hacen conjuntamente los
censos de población y de vivienda para relacionar las características de los habitantes
con las viviendas que ocupan. Con el conocimiento que aporta el censo se toman
decisiones sobre construcción de hospitales, colegios, mejora de la natalidad.
En estos censos se diferencia entre población de hecho y población de derecho. La
población de hecho se refiere a los habitantes presentes y los transeúntes de un
municipio en el momento censal. La población de derecho recoge presentes y ausentes
en el municipio en el momento censal (ausentes por ser funcionarios trabajando en
extranjero, militares en misiones, marinos mercantes, barcos de pesca,…)
Los datos del censo son secretos por lo que no pueden difundirse los datos que puedan
conocer la identidad del informante.
España sobrepasa los 47.000.000 de habitantes, después de haber tenido etapas de
crecimiento y otras de crecimiento más lento.
Diferenciamos dos etapas en la evolución de la población española, la preestadística y la
estadística que difieren en el ritmo y la intensidad de crecimiento, así como en la
cantidad y calidad de las fuentes de información.
- La etapa preestadística, comprende los siglos anteriores a la segunda mitad del
s. XIX. El conocimiento de los efectivos es impreciso por falta de fuentes
seguras. Desde la dominación romana al s. XIV se alternan momentos de auge y
de crisis demográfico, aunque nunca debió superar los siete millones de
habitantes.
- La etapa estadística se inicia en 1857, con el primer censo moderno. Desde ese
momento a 1900 la población crece en tres millones, lo que indica un
crecimiento débil.
En la primera mitad del s. XX aumenta el ritmo de crecimiento ganando más de nueve
millones debido a mejores condiciones sanitarias e higiénicas y a mayores recursos
alimenticios. Baja significativamente la tasa de mortalidad, aunque con momentos
excepcionales de freno al crecimiento: guerra en norte de África, gripe de 1918, Guerra
Civil, además de la emigración a Iberoamérica, Argelia, Francia., etc.
Entre las décadas de 1959 y 1970, el crecimiento alcanza altas cotas por la bajada de la
mortalidad y el mantenimiento de la natalidad, de las buenas condiciones económicas y
sanitarias. la emigración de los 60 supone una contención importante.
A partir de los años 80 cambia la tendencia y el crecimiento se hae más lento por la
fuerte caída de la natalidad.
LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL
La distribución espacial de la población analiza la forma en que ésta se localiza sobre el
espacio. La población española presenta estas características
- Aumento generalizado de la densidad de población
- Contraste litoral, fuertemente poblado, interior, semivacío.
- Concentración en áreas urbanas frente a despoblamiento de zonas rurales.
La densidad de población ha evolucionado, a lo largo del tiempo, a valores más altos.
En la etapa preestadística, la densidad crece lentamente. Es la Corona de Castilla la
que lleva el peso de la población pues acogía las ¾ partes de la población española;
Valencia y Galicia también estaban pobladas y el resto tenía densidades bajas.
En la etapa estadística, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento es
mayor, configurándose el mapa actual; a mediados del siglo XX se observa ya una
periferia densamente poblada, destacando Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía,
Vizcaya y Guipúzcoa, en el norte y Madrid en el centro.
En el s. XX la densidad llega a los 78,5 hab/Km2 actuales. España tiene una de las
densidades más bajas del continente. Sólo tienen densidades más bajas Irlanda,
Bulgaria, Estonia, Letonia, etc.
En la distribución de la población encontramos áreas de concentración y otras de
vacío, un desequilibrio que presenta contrastes entre las comunidades autónomas.
Por comunidades autónomas el reparto de la población es la siguiente:
- Las comunidades con más porcentaje de población: Andalucía, Cataluña,
Madrid y Valencia, concentran el 57,9 % del total. Las de menos son La Rioja,
Navarra, Cantabria, Baleares, Ceuta y Melilla.
- Por densidad los resultados cambian. Los valores más altos están en Madrid,
P. Vasco y Canarias, con cifras superiores a los 200 hab/Km2. En menor
escalafón están Asturias, Baleares, Cantabria, Cataluña y Valencia.
Andalucía, Galicia y Murcia están por encima de la media pero sin llegar a 100
hab/Km2.
Las comunidades que no llegan a 50 hab/km2 son Aragón, las dos Castillas y
Extremadura.
Por provincias la densidad se distribuye así:
- Provincias de mayor densidad, superior a 100 hab/Km2. se encuentran en el
litoral, salvo Madrid y Sevilla. Pontevedra, A Coruña, Barcelona, Valencia,
Alicante, Málaga, Baleares, Cádiz, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas.,
- Provincias que no superan los 50 hab/Km2 las de las regiones de Extremadura,
Castilla-La Mancha, Castilla-León, Aragón, interior de Galicia.
En resumen, existe un contraste entre litoral e interior aunque en ambas partes hay
áreas que rompen con la norma general de un interior semivacío y un litoral densamente
poblado.
LOS FACTORES EXPLICATIVOS DE LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN.
Las causas que explican el mapa actual son varia das:
1. factores geográficos. Especialmente clima y altitud. Un clima extremo no
facilita la habitabilidad ni el desarrollo de actividades económicas. La altitud
también es un desafío para la ocupación humana.
Estos factores no determinan, pero si condicionan muchos fenómenos
(agricultura, comunicaciones,…). Las provincias con menor densidad de
población son las que tienen climas más continentalizados o tienen sistemas
montañosos.
2. factores demográficos. Son la dinámica natural y la estructura de las diferentes
poblaciones. Este factor consolida el contraste interior-litoral. El interior tiene
menor crecimiento natural y una estructura de población envejecida, frente a un
litoral de población más joven.
3. factores socioeconómicos. Hechos o situaciones que atraen a la población hacia
determinadas áreas geográficas o las repelen de otras. Esto ha dado lugar a la
emigración. Las migraciones interiores se han originado por la concentración de
actividades económicas productivas en ciertas áreas.
Las consecuencias de los cambios demográficos que se han producido en los últimos
años están relacionados con la población rural y urbana. Últimamente han perdido
importancia los municipios de menos de 10000 habitantes frente a la significación
adquirida por ciudades grandes y medias. Por esto, la población se concentra en el
espacio y es de carácter urbano.
Los municipios de menos de 10000 habitantes ocupan las 4/5 partes de la superficie
nacional, pero sólo una cuarta parte de la población. Los municipios de más de 100 000
habitantes albergan al 39,65% de la población en un 3% del territorio.
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