a Transición Española es el período histórico durante el cual se llevó a cabo el proceso por el que España dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco y pasó a regirse por una constitución que consagraba un Estado social y democrático de Derecho.
Existen una amplia diversidad de opiniones respecto a las fechas que marcarían el comienzo y la finalización del período y, por consiguiente, los límites del mismo. Centrándose en el que suele considerarse por los historiadores como el más preciso, se iniciaría con la muerte del general Franco, el 20 de noviembre de 1975, tras la cual el denominado Consejo de Regencia asumió, de forma transitoria, las funciones de la Jefatura del Estado hasta el 22 de noviembre, fecha en la que fue proclamado reyante las Cortes y el Consejo del Reino Juan Carlos I de Borbón.
El Rey confirmó en su puesto al Presidente del Gobierno del régimen franquista, Carlos Arias Navarro. No obstante, pronto se manifestaría la dificultad de llevar a cabo reformas políticas bajo su Gobierno, lo que produciría un distanciamiento cada vez mayor entre Arias Navarro y Juan Carlos I. Finalmente el Presidente del Gobierno presentó su dimisión al rey el día 1 de julio de 1976. Arias Navarro sería sucedido en el cargo por Adolfo Suárez, quien se encargaría de entablar las conversaciones con los principales líderes de los diferentes partidos políticos y fuerzas sociales, más o menos legales o toleradas, de cara a instaurar un régimen democrático en España.
El camino utilizado fue la elaboración de una nueva Ley Fundamental, la octava, la Ley para la Reforma Política que, no sin tensiones, fue finalmente aprobada por las Cortes y sometida a referéndum el día 15 de diciembre de 1976. Como consecuencia de su aprobación por el pueblo español, esta ley se promulgó el 4 de enero de 1977. Esta norma contenía la derogación tácita del sistema político franquista en sólo cinco artículos y una convocatoria de elecciones democráticas.
Estas elecciones se celebraron finalmente el día 15 de junio de 1977. Eran las primeras elecciones democráticas desde la Guerra Civil. La coalición Unión de Centro Democrático resultó la candidatura más votada aunque no alcanzó la mayoría absoluta y fue la encargada de formar gobierno. A partir de ese momento comenzó el proceso de construcción de la Democracia en España y de la redacción de una nueva constitución.
El 6 de diciembre de 1978 se aprobó en referéndum la Constitución Española, entrando en vigor el 29 de diciembre.
A principios de 1981 dimitió Adolfo Suárez debido al distanciamiento con el Rey y a las presiones internas de su partido. Durante la celebración de la votación en el Congreso de los Diputados para elegir como sucesor aLeopoldo Calvo-Sotelo se produjo el golpe de Estado dirigido por Antonio Tejero, Alfonso Armada y Jaime Milans del Bosch, entre otros. El golpe, conocido como 23-F, fracasó.
Las tensiones internas de la UCD provocarían su desintegración a lo largo de 1981 y 1982, llegando finalmente a disolverse en 1983. El segmento democristiano terminaría integrándose con Alianza Popular, pasando así a ocupar la franja de centro-derecha. Por otro lado, los miembros más cercanos a la socialdemocracia se unirían a las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Mientras, el ex-presidente Adolfo Suárez y un grupo de disidentes de su anterior partido, la UCD, iniciaron un nuevo proyecto político centrista que mantendría representación parlamentaria en el Congreso hasta las elecciones generales de 1993, el Centro Democrático y Social (CDS).
El PSOE sucedió a la UCD tras obtener mayoría absoluta en las elecciones generales del 82, ocupando 202 de los 350 escaños, y comenzando así la II Legislatura de España. Por primera vez desde las elecciones generales de 1936, un partido considerado de izquierdas o progresista iba a formar gobierno.
La explosión de libertad que significó la transición fue seguida de una etapa de crecimiento y expansión del periodismo con la aparición de nuevos diarios y la consolidación de los ya conocidos como líderes de opinión y actores políticos. La transición periodística que se desarrolla dentro de la transición democrática y los cambios ideológicos que experimentan los medios de comunicación tendrán una influencia en los procesos de cambios políticos generales que se van viviendo. Así, el estudio de los textos editoriales que publican en los periódicos y en la prensa en estos años de transición permite hacer una radiografía bastante exhaustiva de las mutaciones y cambios radicales en la toma de posiciones oficiales de las empresas periodísticas.
Durante los años que duró la transición tuvieron lugar varios centenares de muertes, tanto a manos de grupos terroristas de extrema izquierda, principalmente ETA y elGRAPO,1 como por ataques de grupos terroristas de extrema derecha; otros perecieron a causa de la intervención de las fuerzas del orden público. Las investigaciones al respecto sitúan el número de víctimas mortales en un intervalo de 500 a 700 personas (entre 1975 y los primeros años de la década de los 80), la inmensa mayoría fruto de atentados terroristas, destacando la banda armada ETA, que fue directamente responsable de bastante más de la mitad de las muertes
Delimitación del período[editar]
No hay acuerdo entre historiadores y periodistas respecto a cuales serían las fechas de inicio y final de la Transición, siendo el único período sobre el que existe consenso el comprendido entre el fallecimiento del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975 (o la consiguiente proclamación de Juan Carlos I como rey de España dos días más tarde) y la celebración de las primeras elecciones democráticas el 15 de junio de 1977.
No obstante, muchos historiadores retrasan el final del período hasta la aprobación de la Constitución en diciembre de 1978, momento en el que consideran culminado el proceso de transición institucional desde un régimen dictatorial hasta otro democrático y constitucional. Otros prolongan algo más el período, hasta la celebración de las primeras eleccionescelebradas conforme a la nueva ley fundamental en marzo de 1979. Más minoritaria es la postura de quienes prolongan el período hasta el intento fallido de golpe de Estado de febrero de 1981, por entender que hasta entonces habría estado vigente la amenaza golpista por parte de un sector del Ejército. Un sector prolonga la duración de la Transición hasta la celebración de las elecciones que, en octubre de 1982, dieron el triunfo al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), momento en el que deja de gobernar la Unión de Centro Democrático (UCD), partido político que lideró el cambio de régimen político. Tampoco faltan quienes establecen el fin de este periodo en 1986, con la entrada del país en la Comunidad Económica Europea (futura Unión Europea). Por último, hay un sector claramente minoritario que lo prolonga hasta las elecciones del año 1996 en las que ganó el Partido Popular, lo que daría al período una duración de más de veinte años.
Respecto a la fecha de inicio, numerosos autores la adelantan al 20 de diciembre de 1973, fecha del asesinato delpresidente Carrero Blanco, dada la importancia que éste tenía en la estructura del régimen y el impacto que tuvo su desaparición, que propició diversos intentos de reforma para asegurar su subsistencia tras la muerte de Franco. Por último, un sector más minoritario lo retrotrae incluso a la aprobación de la Ley Orgánica del Estado en 1966.
Contexto[editar]
La Revolución de los Claveles[editar]
El 25 de abril de 1974 en Portugal se produjo con éxito un levantamiento militar para provocar la caída de la dictadura delEstado Novo surgida en 1933, para dar origen a una república presidencialista democrática. La situación de Portugal y la vecina España tenían muchas diferencias, pero también similitudes en el momento de iniciarse la transición democrática:
- Las dictaduras de Portugal y España eran las más longevas de Europa; la portuguesa surgida en 1933 y la española con el golpe de estado de 1936 y la posterior Guerra Civil, contando desde el primer día con el apoyo de la dictadura portuguesa.
- Las fuerzas democráticas de derecha o conservadores eran prácticamente inexistentes en la víspera de los cambios sociales y políticos que se avecinaban, a pesar de ser casi inexistentes, consiguieron un 42,9% de los votos en las primeras elecciones democráticas. En ambos casos el ejército era mayoritariamente conservador.
- La izquierda con mejor organización y aparentemente con más apoyo en ambos países eran los comunistas, el portugués PCP y el español PCE, tanto en política como en los sindicatos, mientras que los socialistas comienzan a reorganizarse durante los años 70, aunque su actividad en el exilio y en el interior no había desaparecido totalmente desde los años cuarenta.
- Importante presencia de nuevas clases medias que pedían un cambio pacífico, entre otras cosas por la experiencia de la Guerra Civil en España o la Guerra Colonial de Portugal.
- El fracaso de la participación social de ambos sistemas de partido único.
- La posición reformista, para intentar continuar con el régimen de partido único pero asumiendo una serie de cambios, adoptada por los gobiernos de Arias Navarro (1974-1976) y Marcelo Caetano (1968-1974), habían fracasado.
- Tanto el PSOE y su sindicato UGT como el PCE y CCOO, consideraron en un primer momento como acertados el modelo rupturista del pasado y la formación de un gobierno provisional.
- En las fuerzas armadas surgen organizaciones nuevas que apoyan los cambios, en Portugal el Movimiento de las Fuerzas Armadas portugués, y en España la Unión Militar Democrática o la Unión Democrática de Soldados.
- Muchos medios de comunicación de ambos países fueron censurados por su defensa de los nuevos cambios sociales y políticos.
- La acelerada descolonización del Sáhara Español estuvo influida por la rápida descolonización portuguesa, que sin embargo había sufrido mucho más las consecuencias de una larga guerra colonial en África con cientos de miles de desertores y con la guerra prácticamente perdida frente a las guerrillas.
La caída del régimen portugués provocó una tremenda inquietud en las fuerzas que apoyaban el régimen franquista, ya que se produjeron manifestaciones multitudinarias a favor de la revolución, la persecución por parte de la policía política o el entusiasmo por los militares rebeldes, que eran situaciones que provocaban fuertes reacciones represivas. El Primero de Mayo de 1974, más de un millón de personas marchó por las calles de Lisboa. Dos días después, Franco y el príncipe Juan Carlos vieron las imágenes de estos hechos, manifestando bastante inquietud ante un país que derivaba hacia la izquierda con una aparente gran presencia de los comunistas.
Sin embargo, la deriva casi revolucionaria de Portugal y la crítica situación española causaron mucha preocupación en Europa, por cuanto bajo la presión de la Guerra Fría dirigentes de muchos países pensaban que podían desestabilizar el equilibrio de poderes regional. Willy Brandt manifestó que cuanto más a la izquierda se situara Portugal, más a la derecha se posicionaría España. Henry Kissinger se expresó en el mismo sentido y se mostró de acuerdo en que no debería repetirse dicha situación en el país vecino, no debiéndose permitir que antes de la muerte de Franco no hubiera ya una oposición moderada. Durante estos años cuando la Plataforma Democrática liderada por el PSOE en España empezó a ganar protagonismo junto con otras organizaciones opositoras lideradas por el PCE que conformaron(la Junta Democrática) . Finalmente ambas organizaciones se fusionaron en marzo de 1976 creandoCoordinación Democrática más conocida como la Platajunta.
Otros acontecimientos[editar]
Dentro del periodo anterior a la transición democrática también son destacables otros hechos como :
- El asesinato por parte de ETA de Carrero Blanco en 1973, potencial sucesor de Franco.
- La firme apuesta por la democracia y la "ruptura democrática" de nuevos dirigentes socialistas del interior, cuyas tesis renovadoras se impusieron a las del exilio en el Congreso de la UGT de 1971 y en el del PSOE de 1972. Así, Nicolás Redondo, Pablo Castellano, Felipe González (elegido primer secretario del PSOE en el Congreso de Suresnes de 1974), Alfonso Guerra, Luis Gómez Llorente, Francisco Bustelo o Enrique Múgica tendrán un papel fundamental posteriormente.10
- Los fusilamientos en 1975 de dos miembros de ETA y de tres del FRAP.
- Enero de 1976, año que comienza con numerosas huelgas. Una de ellas fue la huelga general del 5 de enero, en vísperas del día de reyes, en la que se paralizan servicios tan imprescindibles como Renfe y correos, los cuales, el día 7, el gobierno decide militarizar y son custodiados por la guardia civil. Finalmente la huelga termina el día 9 de enero. Esta huelga reivindicaba revisiones salariales y sindicatos libres y de clases, libertades políticas y para todos los pueblos del estado español, también se pedía amnistía. En esos momentos se estaban negociando unos 2000 convenios colectivos. El gobierno también inicia en estas fechas su campaña en el extranjero, es una campaña de imagen. En diciembre del año anterior, ya se había dado a conocer las intenciones de reforma política desde arriba en su declaración pragmática, cuyo autor fue Manuel Fraga, en el cual se decía que se iban a considerar prioritarias las libertades y los derechos de los ciudadanos.
- El 5 de febrero de 1976, el recital del cantante Raimon reúne a los principales dirigentes de los partidos, en ese momento ilegales de izquierdas, pero estos no se encontraban unidos debido a sus diferencias ideológicas. Aun así, ambos bandos comprendían que para conseguir su propósito, debían permanecer unidos a pesar de sus discrepancias. “Libertad, amnistía y estatuto de autonomía” es el lema de la asamblea de Cataluña. Se convoca una huelga, la cual es apoyada por altos cargos del clero y algunas organizaciones ciudadanas, lo cual hace que un gran número de personas asista a la convocatoria. La policía, evidentemente, interviene en la manifestación y, en el parte emitido al día siguiente se puede leer: “por el número de asistentes y ámbito de la manifestación en sus diversas y escalonadas apariciones, se considera como la de mayor trascendencia de cuantas se han producido en estos últimos años. Nunca antes la oposición al régimen hizo un alarde de resistencia tal y como el desplegado en el día de ayer”.
- El día 3 de marzo de 1976, en el barrio obrero de Zaramaga, estaban reunidos, dentro de la parroquia, miles de personas que habían asistido a la tercera huelga general convocada en Euskadi, cuando la policía entró en la capilla sin hacer caso de la decisión del párroco y comenzó a desalojar sin apenas dar un intervalo de tiempo, unos segundos después comenzaron a disparar gases lacrimógenos dentro del lugar. Los primeros en salir fueron apaleados y los del frente disparados con balas. Las consecuencias fueron 5 muertos y más de 150 heridos. En ese momento, Manuel Fraga se encontraba en Alemania participando en una campaña para dar a conocer el propósito del gobierno español de construir una democracia en España. Cuando regresó al país fue a Vitoria a ver a los heridos por los sucesos acontecidos días anteriores.
- El 28 de febrero de 1977 se celebra en el Escorial el funeral por los reyes de España. Asistieron muchas autoridades del Estado y Suárez aprovecha para informar de su entrevista con Santiago Carrillo al rey don Juan Carlos porque es evidente que un paso de este tipo podría tener efectos políticos y también comprometer a la corona.
El PP fundado por Jose María de Areilza es la formación política del centro que cuenta con la máxima aceptación popular y éste va a ser el campo político en el que se va a situar Suárez. Deja de ser obligatoria la organización sindical franquista y quedan reconocidas CCOO, UGT o la CNT entre otras. En aquellos días se produce una reunión en la capitanía general de Madrid convocada por el General Gómez de Salazar.
- El 22 de mayo de 1977 comienza la campaña electoral y el 15 de junio el centro gana las elecciones, UCD con el 34% de votos y 165 escaños es el partido con más votos aunque no por ello obtiene la mayoría absoluta. Finalmente el 22 de julio se celebra la primera sesión del Congreso y el Senado recién elegidos en el que don Juan Carlos da una conferencia en su primera intervención como rey ante las cortes franquistas.
El papel político del Rey Juan Carlos I[editar]
Ante el agravamiento de la enfermedad del dictador, el 30 de octubre de 1975, y por segunda y última vez, el príncipe Juan Carlos asumió en funciones la Jefatura del Estado. A la muerte de Franco, el consejo de regencia asumió, de forma igualmente interina dicha jefatura. Juan Carlos se convirtió dos días después, el 22 de noviembre, en rey, en virtud de la Ley de la Sucesión en la Jefatura del Estado. Hasta entonces, el príncipe se había mantenido en un discreto segundo plano siguiendo las pautas marcadas por Franco. Pero la desaparición del general iba a permitir a Juan Carlos facilitar, como rey de España, la implantación de un sistema político democrático en el país. Este proyecto contaba con amplios apoyos dentro y fuera de España: los países occidentales, un sector importante del capitalismo español e internacional, la gran mayoría de la oposición al franquismo y una parte creciente del propio régimen franquista.
No obstante, la transición tuvo que superar las resistencias generadas por el propio régimen, en un marco de tensiones causadas por grupos radicales de extrema izquierda y grupos franquistas de extrema derecha. Estos últimos, además, contaban con un apoyo considerable dentro del ejército. Tales grupos amenazaban con deteriorar la situación política en exceso, iniciando un proceso de involución.
La realización de dicho proyecto exigía que la oposición controlara a sus partidarios para evitar cualquier provocación y que el ejército no cayera en la tentación de intervenir en el proceso político e intentara salvar las estructuras franquistas. En esta doble dirección se movió la actuación política de Don Juan Carlos y sus colaboradores.
Ante la nueva etapa histórica que se abría, había tres posturas claramente diferenciadas:
- Los partidarios del régimen franquista (conocidos como ultras o el búnker), defensores del mantenimiento de la legalidad franquista, o como mucho, de su actualización. A pesar de su escaso apoyo social, dominaban el ejército y un órgano fundamental dentro de la organización del Estado, el Consejo del Reino.
- La oposición democrática, organizada primero en dos asociaciones de partidos políticos, la Junta Democrática de España y la Plataforma de Convergencia Democrática, que acabaron fusionándose en la asociación Coordinación Democrática, conocida como Platajunta. Ésta defendía la ruptura legal con el régimen franquista para pasar directamente a un Estado democrático.
- Torcuato Fernández Miranda,ex presidente interino del gobierno en 1973, profesor de Derecho Político de Juan Carlos I, partidario de reformar las Leyes Fundamentales del Movimiento mediante sus propias disposiciones para llegar así a la democracia evitando vacíos legales. En palabras del propio Fernández Miranda, se trataba de ir "de la ley a la ley a través de la ley".
Juan Carlos inició su reinado sin salirse de los cauces de la legalidad franquista. Así, juró fidelidad a los Principios del Movimiento, tomó posesión de la corona ante las Cortes franquistas y respetó la Ley Orgánica del Estado de 1966 para el nombramiento de su primer Jefe de Gobierno. Sin embargo, ya en su discurso ante las Cortes se mostró abierto a una transformación del sistema político español.
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A mediados de noviembre con Franco hospitalizado, Carlos Arias Navarro presentó su dimisión al entonces príncipe, lo que le situó en una posición difícil. A principios de diciembre Juan Carlos confirmó a Arias Navarro para presidir su primer gobierno, algo que este ninguneó, rechazo reflejado en la sorpresa del rey al ver que el día 6 de diciembre no sale en la prensa esta ratificación. Sin embargo, el rey le pidió ayuda, a la que accedió, para conseguir el nombramiento de Torcuato Fernández Miranda al frente de la presidencia del Consejo del Reino y de las Cortes. Para ello se ajustó a las pautas marcadas por la Ley Orgánica del Estado , bajo las cuales el Consejo del Reino propuso una terna de candidatos afines al franquismo: además de Torcuato Fernández-Miranda, estaban Licinio de la Fuente y Emilio Lamo de Espinosa y Enríquez de Navarra. De este modo, el rey logró situar a este fiel colaborador suyo al frente de la presidencia del Consejo del Reino y de las Cortes. Fernández Miranda era un viejo franquista que, sin embargo, compartía con el monarca la necesidad de que España evolucionase a un sistema democrático, y, para ello, aportará sus sólidos conocimientos jurídicos a este proyecto.11
El nombramiento de Arias Navarro ofrecía un panorama claramente continuista y no auguraba grandes transformaciones políticas. Sin embargo, por iniciativa real y del presidente del Consejo del Reino, entraron a formar parte del nuevo gobierno ministros claramente reformistas como Manuel Fraga Iribarne (Gobernación), José María de Areilza (Asuntos Exteriores) y Antonio Garrigues (Justicia). Todos ellos habían rechazado en su momento el Estatuto de Asociaciones del Movimiento. También contó con la presencia del democristiano Alfonso Osorio en el Presidencia y de dos expertos en el aparato del movimiento: Rodolfo Martín Villa (Sindicatos) y Adolfo Suárez (Movimiento). Para mantener el equilibrio, se nombró vicepresidente para asuntos de Defensa a un militar incondicionalmente franquista: el general Fernando de Santiago.
La tímida reforma política promovida por este gabinete se limitó a las leyes "de Reunión y Manifestación" y "de Asociaciones Políticas". La Ley de Reunión y Manifestación ampliaba la libertad para reunirse sin que fuese necesaria una autorización. La Ley de Asociaciones Políticas permitía la creación de grupos políticos, aunque sin el carácter legal de partidos políticos; además debían aceptar los principios del Movimiento y las Leyes Fundamentales. Sólo se inscribieron siete asociaciones.
La situación que tenía que afrontar el nuevo gobierno era harto difícil. La agitación de la oposición iba en aumento, las manifestaciones en petición de una amnistía eran frecuentes y en el País Vasco la tensión crecía sin cesar. ETAespecialmente y, en menor medida, otros grupos armados prosiguieron con sus atentados y el apoyo popular con que podían contar se manifestaba en múltiples actos de protesta.
Sucesos de Vitoria[editar]
Durante el mes de enero, unos seis mil trabajadores iniciaban una huelga en Vitoria en contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo. Dos meses después convocaban por tercera vez una huelga general que fue masivamente seguida el día 3 de marzo. Ese mismo día la Policía Armada entró en la Iglesia San Francisco de Vitoria, en la que estaba previsto realizar una asamblea de trabajadores y, haciendo caso omiso de la decisión del párroco y del contenido del Concordato, conminó al desalojo. Apenas unos segundos después disparaban gases lacrimógenos en un recinto cerrado y abarrotado de gente creando indignación y sobre todo pánico. Los que salieron por delante medio asfixiados y con pañuelos en la boca fueron apaleados brutalmente por los flancos y a los del frente les dispararon con metralletas y pistolas. La policía resolvió a tiro limpio la situación que ella misma había creado, matando a Pedro María Martínez Ocio, trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años, Francisco Aznar Clemente, operario de panaderías y estudiante, de 17 años, Romualdo Barroso Chaparro, de Agrator, de 19 años, José Castillo, de Basa (Grupo Arregui), de 32 años. Dos meses después moriría Bienvenido Pereda, trabajador de Grupos Diferenciales, con 30 años. Dos obreros muertos directamente en el lugar de los hechos, cuatro heridos muy graves de los cuales tres morirían, más de sesenta heridos graves, la mitad con heridas de bala, y cientos de heridos leves.
El sábado, Manuel Fraga, entonces Ministro de la Gobernación, junto con Rodolfo Martín Villa, Ministro de Relaciones Sindicales y el General Campano, director de la Guardia Civil, intentaban, visitando a los heridos, reducir el impacto de una decisión que proyectaba ante el mundo el rostro más cruel y bárbaro de la dictadura que representaban. Aquel jueves el Secretario General del SPD de Alemania cancelaba la entrevista con Fraga, quien participaba en una campaña diplomática para vender internacionalmente una reforma avalada por la monarquía que había quedado automáticamente desenmascarada.
Todavía prohibidos los derechos de reunión, manifestación y de huelga, los sindicatos, ilegales también, en enero convocan huelgas en toda España. Tuvieron especial importancia en el cinturón industrial madrileño y en Vitoria. La respuesta del gobierno fue la habitual represión policial, que en Vitoria produjo cuatro manifestantes muertos y varios centenares de heridos el 9 de marzo durante una carga antidisturbios. En vez de solucionar el conflicto, los altercados se multiplicaron y las huelgas generales de protesta se sucedieron durante varios meses.
Estos incidentes aceleran la acción de la oposición democrática y su unidad de acción. La Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia se fusionan en la Coordinación Democrática o Platajunta el 26 de marzo. Esta nueva junta ejerce mayor presión política sobre el gobierno, exigiendo amnistía, libertad sindical, democracia y rechazando las leyes reformistas.
Sucesos de Montejurra[editar]
Este ataque armado,12 13 ocurrido en Montejurra el 9 de mayo de 1976, fue organizado desde el SECED (Servicio Central de Documentación) con el visto bueno gubernamental, utilizando una de las dos corrientes políticas carlistas con la llamada "Operación Reconquista" que se saldó con dos muertos ante la pasividad y colaboración de la Guardia Civil. En Montejurra, monte sagrado del carlismo, se celebra anualmente un Vía crucis desde los años cuarenta. Cuando iba a empezar la procesión desde el monasterio de Irache, un grupo de seguidores de Sixto de Borbón atacaron a pedradas y golpes de porra a los reunidos allí, partidarios de Carlos Hugo ante la impasibilidad de la Guardia Civil y la Policía Armada. Uno de los agresores esgrimió una pistola y disparó, hiriendo de muerte a un carlista.
Poco después, ya iniciada la ascensión al monte, al llegar al acceso a la cumbre, los carlistas se toparon con otro grupo armado que, después de discutir vehementemente, lanzó una serie de disparos y ráfagas contra los peregrinos. El resultado, un muerto por una bala en el corazón y varios heridos por disparos.
La oposición democrática acusó al Gobierno de connivencia con los agresores basándose en la incapacidad para mantener el orden público a pesar de la amplia presencia policial, la facilidad con la que escaparon los asesinos y el hecho de que no llegaron a ser sometidos a juicio, pues se beneficiaron de la amnistía política de 1977.
La escalada del terrorismo: ETA, GRAPO y la ultraderecha.[editar]
Los tres principales grupos de terrorismo en este momento eran:
- El grupo maoísta del GRAPO: atentaban contra las fuerzas armadas y de seguridad porque, según sus propias palabras, estas fuerzas representan los instrumentos represivos de un estado capitalista y opresor que engaña alpueblo trabajador, bien con la dictadura de Franco o con la falsa democracia occidental, liberal y burguesa.
- La banda ETA era una mezcla política de nacionalismo vasco y marxismo leninismo revolucionario. Su objetivo es atentar contra intereses y personas del Estado, con el objetivo final de conseguir la independencia.
- Los grupos de terrorismo tardofranquista que adoptaban distintos nombres, aunque compartían un mismo discurso y fin; atacaban en especial a los comunistas, tanto a organizaciones como cualquier persona a la que relacionasen con ellos.
Por otra parte, los grupos de la oposición se mostraban cada vez más impacientes exigiendo el desmantelamiento del régimen franquista en la mayor brevedad posible. La reunión de las fuerzas políticas de la oposición en marzo de 1976 da origen a la creación de "Coordinación Democrática". Con ello, la oposición boicoteaba los intentos del gobierno de dividir a la oposición, atrayéndose a sus sectores más moderados y dejando en la ilegalidad al PCE, a otros grupos de la izquierda y los nacionalistas catalanes y vascos. Asimismo, la oposición moderó su discurso, exigiendo una ruptura o reforma pactada que la acercaba de hecho a los planteamientos reformistas del gobierno.
En cambio, las limitaciones de este gobierno para liderar el cambio político se hicieron cada vez más evidentes. Arias Navarro, muy sensible a las presiones del búnker, se encontraba con poco margen de maniobra ante los elementos reformistas de su gabinete, mientras que éstos topaban con las cortes franquistas en sus primeras tentativas reformistas: en junio de 1976, tras publicarse la "Ley de derecho de asociación de partidos políticos" -de la cual quedaban excluidos los partidos comunistas-, se frustró el intento de Fraga y Areilza de modificar el Código Penal, que consideraba delictiva la afiliación a cualquier partido político. Aunque las presiones de Fernández Miranda permitieron su aprobación el día 30, el proceso hacia un cambio de gobierno se volvió ya inevitable, y el mismo Rey, tras declararse durante un viaje a Estados Unidos plenamente favorable a la implantación de un sistema democrático en España, decidió exigir la dimisión a Carlos Arias el 5 de julio.
El rey forzó la dimisión de Arias Navarro el 1 de julio por su incapacidad para enfrentarse a los graves problemas de orden público (terrorismo, huelga masiva de Vitoria, sucesos de Montejurra), así como por su negativa a desmontar el régimen franquista.
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