El delta se forma por la deposición, en un espacio que suele tomar una forma triangular, del material arrastrado por los ríos al producirse una disminución brusca de la velocidad del flujo, que puede ser causada por su desembocadura en el mar, en un lago, o en otro río más ancho e incluso en los océanos, aunque esto último es menos frecuente.
Los deltas y los estuarios constituyen las dos formas principales de desembocadura de los ríos en los mares, océanos, lagos o en otros ríos más grandes. Su presencia en las desembocaduras está originada por la amplitud de las mareas. Cuando las mareas son muy intensas, la desembocadura de los ríos en los océanos suelen ser del tipo de estuario, ya que durante la pleamar se represan las aguas del río, mientras que en la bajamar se produce una gran aceleración de la velocidad de las aguas, lo que impide la acumulación de los sedimentos que forman las islas en el caso de los deltas. Es por ello que los deltas suelen producirse más en los lagos, mares y hasta en ríos grandes, donde las aguas no sufren la acción de las mareas, que en el caso de los océanos abiertos.
Sin embargo, existen excepciones a esta regla, como en el caso del Delta del Orinoco en América del Sur y del Níger en África, que son lugares donde la acción de las mareas es mucho menos importante que en las latitudes medias. En aquellos lugares en los que la formación del delta está dominado por el río y está menos sujeto a la acción de las mareas y las olas, se puede formar un delta con forma polilobular. El delta del río Mississippi es un ejemplo de este tipo de formaciones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario